El helicobacter mustelae es una bacteria que afecta al revestimiento del estómago de los hurones. Se trata de una mal muy frecuente en nuestras mascotas, varios estudios han demostrados que la gran mayoría de los hurones la tienen, aunque no desarrollen problemas.
El helicobacter mustelar se transmite de las madres a los bebés durante las primeras semanas de vida, por vía fecal/oral.
Los síntomas que podemos apreciar en nuestros hurones son heces negras o verdosas con mucosidad, exceso de salivación, rechinar de dientes, gastritis, agrandamiento de las ganglios linfáticos, úlceras de estómago y duodeno, dolor abdominal, pérdida de apetito, letargia, apatía, pérdida de peso, nauseas y vómitos. A veces aparece la deshidratación, ya que el hurón puede dejar de beber agua.
Para tratar esta enfermedad, el veterinario debe recetar un tratamiento a base de antibióticos, valorando cada caso de forma particular. Además deberemos suministrar al hurón un protector gástrico (uno de las más utilizados es el urbal), y una dieta de fácil digestión, pero que le ayude a recuperar el peso perdido. También debemos asegurar su hidratación.
La bacteria será eliminada por el hurón infectado a través de sus heces, por lo que es posible que se re-infecte o infecte a otros hurones. Debemos mantener unas condiciones de higiene y limpieza escrupulosa.