Hemos pensado que para entender un poco mejor a estos pequeños peluditos, tal vez sería útil hacer un poco de historia sobre ellos, sus costumbres y sus utilidades a través del paso de los años.
Mustela Putorius Furo, o como mejor los conocemos, los hurones, pertenecen a la familia de los mustélidos.
El nombre de Mustela proviene el latín “mus”, que significa “ratón”, lo que viene a significar que comen ratones.
Putorius Furo hace referencia a su peculiar olor, puesto que “putorius” deriva del latín “putor”, que viene a significar “olor pútrido”.
También llamamos a los hurones “ferrets”, aunque este sería su nombre en inglés. Esta palabra también proviene del latín “furonem” y a la vez del italiano “furone”, cuyo significado es “ladrón”.
Encontramos las raíces de los hurones en el Antiguo Egipto, sobre el año 3700 a.c. En esa época se empezaron a domesticar a los hurones con el propósito de cazar ratas y ratones, aunque mas tarde cambiaron el hurón por el gato, ya que estos últimos soportaban mejor las altas temperaturas.
Sobre el año 450 a.c. los griegos y los romanos daban el mismo uso a los hurones que los egipcios, de esa forma empezaron a extenderse por Europa y Asia. Su cuerpo estrecho y alargado junto con su perfecta agilidad, los hacía únicos a la hora de sacar conejos y otros animales de la madriguera, y así conseguían mantener a raya los roedores y conseguir comida al mismo tiempo.
En esa época el hurón no estaba bien visto por los granjeros, ya que se comían a las gallinas y demás animales de menor tamaño.
En América empezaron a usar el hurón para estas finalidades hacia el año 1700, aunque los pesticidas lo desbancaron rápidamente.
Fue hacia el año 1960, cuándo los hurones empezaron a usarse únicamente como animal de compañía.
Aunque en América fue uno de los últimos sitios en que incorporaron el hurón a su vida cotidiana, Estados Unidos es el tercer país dónde encontramos mas hurones como animal de compañía.
No es de extrañar que estos animalitos de ojos vivarachos, orejas redonditas, bigotes largos y carácter juguetón, se hayan hecho un hueco en nuestros corazones, y hayamos descubierto en ellos el compañero perfecto.